Según algunas encuestas, Donald Trump no es bien visto entre los votantes hispanos de estados unidos, pero su retórica anti-inmigración ilegal parece estar inspirando a muchos a finalmente solicitar la ciudadania en este país para poder ejercer su derecho a votar.
Mary Yáñez, residente de Colorado, quiere registrarse convertirse en ciudadana de Estados Unidos para disfrutar de los beneficios de la ciudadanía que incluye participar en el proceso electoral del país.
«Muchas veces los latinos no somos bien representados», dice Yáñez, quien recibió ayuda de la organización ‘Mi familia vota’ que organiza a nivel nacional eventos en los que se presta asistencia a residentes que califican parar ayudarlos a convertirse en ciudadanos.
Carla Castedo es la directora de ‘Mi familia’ en Colorado. Dice que en los años de elección presidencial aumenta el interés por el certificado de ciudadania. Asegura que este año han visto un aumento en participación de al menos 30 por ciento comparado con 2014.
«La gente tiene interés de que ciertos candidatos no ganen la presidencia. Hay candidatos que dicen que los inmigrantes son malos, son violadores, y la gente esta escuchando», dice sin especificar de quién se trata, pues hace parte de un grupo político.
El congresista demócrata Luis Gutiérrez, quien es uno de los más fuertes críticos de la retórica de Trump reconoce la influencia que el magnate ha tenido en los latinos en ese tema.
«Cada vez que él habla la máquina empieza a inscribir los latinos para votar, yo nunca he visto tantos residentes permanentes con su tarjeta verde diciendo: ‘la quiero entregar para mi ciudadanía porque quiero votar'».
Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional, en 2013 más de 8,7 millones de residentes legales calificaban para solicitar ciudadanía, de los cuales solo 777 mil se naturalizaron.
Y es que a veces se necesita más que deseo para ser ciudadano. El costo de al menos 600 dólares asociado con el trámite pude ser excesivo para algunos.
Como para Andrea Mena, quien tiene 87 años y dice que desde hace 20 años pudo pedir la ciudadanía pero no podía pagar por ella.
Su hija Valentine Segobia dice que ahora necesitan el servicio médico ofrecido por el gobierno pero que es reservado sólo para ciudadanos.
Segobia explica que además su madre podrá votar, algo que ella no puede hacer.
«La voy a llevar a votar para que también sea mi voz».
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