SANTO DOMINGO. -El Centro Bonó considera que las elecciones generales de 2016 estuvieron contaminadas por irregulares que afectan la calidad de la vida democrática y le restan legitimidad a los resultados
Santo Domingo, D.N. República Dominicana, 4 junio 2016. El Centro Bonó dedicó su acostumbrado análisis de coyuntura a hacer un balance de las elecciones 2016 y estableció que la presencia de múltiples irregulares en la administración electoral y el comportamiento de muchos ciudadanos y partidos políticos convirtieron la jornada cívica en un mercado de compra y venta de votos. El saldo electoral es negativo y afectará el futuro de la institucionalidad democrática del país.
La gerencia electoral fue administrada de manera opaca e ineficiente, bajo un liderazgo autoritario que se impuso al carácter colegiado que debe observar la Junta Central Electoral. Este fue el factor que más incidió en los fallos, irregularidades e inequidades que tuvieron lugar en el proceso electoral. Múltiples fallos en la logística, en la planificación y gerencia del certamen pusieron de manifiesto la incapacidad de la Junta de manejarse colegiadamente de forma eficiente y transparente.
No hubo racionalidad en el gasto de la organización electoral; la inversión cuantiosa que se hizo en tecnología digital falló por falta de planificación, organización, entrenamiento y reclutamiento eficiente de los operadores electorales, muchos de los cuales cuestionaron la calidad de la logística electoral y de la retribución de su trabajo. El empeño en comprar e introducir tecnología se impuso sobre la gestión eficiente del trabajo electoral, lo que le restó costo-efectividad a la administración fiscal de las elecciones.
La Junta omitió sugerencias claves que oportunamente le hicieron las organizaciones de la sociedad civil, se empecinó en el dirigismo de su Presidente, no prestó interés a las preocupaciones y advertencias de movimientos ciudadanos y partidos políticos, lo que condujo a una contienda electoral condicionada por la inequidad en el manejo de los recursos públicos, por la compra y venta de votos, y el manejo torpe e interesado del sistema de votación y escrutinio de los votos. Dado el fracaso administrativo de las elecciones el Centro Bonó considera que en la escogencia de las nuevas autoridades electorales se deben designar personas libres de afiliación partidaria, con mayor competencia para trabajar en equipo, de forma colegiada, libre de dirigismo y sin pretensiones de culto a su personalidad.
Desafortunadamente, funcionarios del gobierno, líderes y activistas de los partidos políticos y muchos ciudadanos, incluyendo personas acaudaladas y personas carenciadas, fueron copartícipes de las irregularidades electorales. No hay mercado de votos sin agentes que oferten y demanden torcer la voluntad electoral. El voto consciente y la solemnidad de la votación libre y secreta fueron mancillados por actores que procuraban una preferencia y una mayoría que de otra forma no habrían obtenido. La falta de brillo democrático en las elecciones es una responsabilidad compartida por las autoridades electorales, funcionarios, partidos políticos, medios de comunicación y ciudadanos que jugaron a una fiesta de apaga y vámonos, que mañana lo que queda es resaca.
Lamentablemente la calidad de la democracia dominicana ha sido erosionada y sus efectos negativos serán de largo plazo si no se hacen oportunamente los correctivos necesarios.
En ese sentido, el Centro Bonó propone que se inicie un proceso de trabajo, entre actores políticos y ciudadanos, tendente a la aprobación urgente de una nueva Ley Electoral y una Ley de Partidos y Movimientos Políticos que garanticen equidad, transparencia e institucionalidad democrática al sistema político y electoral dominicano. Las autoridades actuales y las electas, y el liderazgo político nacional, no deben desmayar en el esfuerzo de aquilatar la frágil democracia existente.
Hace falta controles institucionales que limiten el abuso de poder y el neo dirigismo en la gestión del sistema político y el sistema electoral. Si no se actúa con responsabilidad política, y oportunamente, todos los actores de la sociedad vamos a sufrir las consecuencias. En ese sentido, apelamos a la cordura y al buen juicio de todos y todas y animamos a la ciudadanía a mantenerse atenta y organizada en sus grupos de base comunitaria, a fin de interpelar a los poderes públicos e incidir en los partidos políticos y en el liderazgo de la sociedad civil para que sean adoptadas, sin mayor demora, las reformas políticas que necesita la democracia dominicana para ser más equitativa, inclusiva, transparente y justa.
Estas declaraciones fueron presentadas durante el desarrollo del análisis de coyuntura que el Centro Bonó celebra mensualmente. Esta vez contó con la presencia de Josefina Arvelo, coordinadora general de Participación Ciudadana; Paulo Herrera, analista y consultor organizacional y Pablo Mella S.J. , del Centro Bonó.
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