Las sorprendentes habilidades de las gallinas: más inteligentes y complejas de lo que parecen

🐔Estudios científicos revelan que las gallinas poseen memoria, habilidades sociales, capacidad de soñar y una inteligencia comparable a la de animales considerados más evolucionados

Por Noticias Breves/ciencia

Cuando se piensa en animales inteligentes, pocas personas incluirían a las gallinas en la lista. Sin embargo, diversos estudios en etología y neurociencia animal han demostrado que estas aves domésticas poseen una complejidad cognitiva y emocional que sorprende incluso a los científicos.

Un cerebro más capaz de lo que parece

Investigaciones publicadas por la Universidad de Bristol y otros centros académicos revelan que las gallinas tienen una estructura social jerarquizada, conocida como «orden del picoteo», donde cada ave conoce su lugar y puede recordar la posición de otras dentro del grupo. Este sistema requiere habilidades de memoria, reconocimiento individual y manejo de relaciones sociales.

Las gallinas también pueden resolver problemas simples, aprender rutinas y adaptarse a cambios en su entorno.

Estudios han demostrado que son capaces de aprender por observación, lo que indica un tipo de inteligencia social similar a la de los primates.

Capacidad sensorial avanzada

A nivel sensorial, las gallinas ven mucho más de lo que los humanos pueden imaginar. Tienen visión tetracromática, lo que significa que pueden distinguir longitudes de onda como la luz ultravioleta, invisible para nosotros.

Esta habilidad les permite detectar detalles en el plumaje de otras aves o en el entorno natural.

Además, tienen un sistema auditivo sensible y desarrollado desde antes del nacimiento.

Los polluelos se comunican con la madre y entre ellos desde dentro del cascarón, utilizando pequeños sonidos para coordinar su eclosión.

Comunicación y emociones

Se han identificado más de 30 vocalizaciones distintas en las gallinas, cada una con un significado específico: advertencia ante depredadores, reclamos, bienestar, ansiedad, entre otros.

Esta variedad demuestra una capacidad de comunicación compleja, donde incluso los pollitos reconocen y reaccionan a los llamados de su madre.

También se ha comprobado que las gallinas experimentan emociones, como miedo, placer, empatía e incluso frustración.

En experimentos, algunas madres gallinas mostraron signos de ansiedad cuando veían que sus polluelos eran expuestos a situaciones incómodas, lo que evidencia un tipo de empatía maternal.

Sueñan, recuerdan y corren

En reposo, las gallinas experimentan sueño REM, lo que sugiere que tienen actividad onírica, es decir, sueñan, como lo hacen los mamíferos.

A nivel físico, su ritmo cardíaco puede superar los 300 latidos por minuto, y pueden alcanzar velocidades de hasta 14 km/h al correr, demostrando agilidad y reflejos sorprendentes.

Tienen una memoria notable: son capaces de reconocer hasta 100 caras, tanto de otras gallinas como de humanos, y recordarlas por largo tiempo.

Esta capacidad les permite mantener vínculos sociales estables dentro del grupo.

Más que ponedoras de huevos

Aunque muchas personas solo relacionan a las gallinas con la producción de huevos, estas aves muestran comportamientos fascinantes como el gusto por los baños de polvo, que les sirven para cuidar su plumaje y eliminar parásitos, o el instinto maternal, que puede llevarlas a adoptar y proteger polluelos ajenos.

Además, el color de los huevos no afecta su valor nutricional, pero sí varía por raza.

Existen huevos blancos, marrones, azulados y verdosos, según el tipo de gallina, lo que obedece a factores genéticos.



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