CONSTANZA. El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó este lunes que han desmontado cientos de metros de tubería y otros sistemas de riego, así como una gran cantidad de plásticos utilizados en técnicas propias de algunos cultivos, a una semana de ejecutarse la Resolución 14-2016 que ordena el cese de la producción agrícola en el Parque Nacional de Valle Nuevo.
En operativos encabezados por el administrador del Parque, Julio César de Los Santos, y el director provincial de Constanza, Tito Montero, fueron intervenidos predios agrícolas en Alto Bandera, El Castillo, Pinar Parejo y Las Espinas, en Ocoa.
En una comunicación de prensa el ministro, Francisco Domínguez Brito, dice que las acciones de desmonte se han iniciado por aquellas propiedades que ocupan mayores extensiones de terreno, a cuyos dueños también se les ha dado la oportunidad de retirar sus instalaciones y equipos.
Agregó que “se ha mantenido el diálogo constante con los campesinos y productores de la zona.
Indicó que no hay manera de cuidar Valle Nuevo si no hay un principio general y sin excepción de sacar la agricultura.
“Tenemos que hacer que Valle Nuevo entre en un proceso de regeneración sin que el ser humano lo impacte negativamente, en este esfuerzo ponemos todo el interés en priorizar mejoras en las condiciones de vida de las familias más pobres, gente que vive con mucha precariedad en El Castillo, en la Siberia, en Pinar Parejo… con ellos tenemos más urgencia “, agregó.
Reiteró que todo se hace con firmeza, pero también con respeto a la dignidad humana y apego a la Ley.
El ministro anunció, además, una serie de medidas y proyectos para mejorar las condiciones de visitas de este Parque Nacional.
“La idea es que cada vez más dominicanos se interesen por conocer sus áreas protegidas, que vengan a Valle Nuevo, a disfrutar de este clima único, de un ecosistema impresionante, lo que queremos es promover ese contacto con la naturaleza, que la gente venga a quedarse en tiendas de campaña, que pueda encontrar baños, espacios para cocinar, refugios decentes, todo en armonía con el entorno y que contribuya en esa ganancia de amor por la naturaleza”, precisó.
Domínguez dijo, además, que “las comunidades que rodean un área protegida deben beneficiarse de ella en forma sostenible, no sólo del movimiento económico que genera el ecoturismo, los empleos, la calidad de los servicios, sino también por los pagos por servicios ambientales y otros incentivos que deben llegar para dignificar la vida de la gente que cuida las montañas,
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