Persiste crisis comercial en Dajabón después de dos meses y diez días de cierre de frontera con Haití

Haitianos continúan con su puerta fronteriza cerrada 

Por: José Zapata

Fotos: archivo

La paralización de la actividad comercial en el mercado binacional de Dajabón, que cumple dos meses y diez días, ha sumido a la población en una crisis económica sin precedentes. 

Las restricciones impuestas por el gobierno dominicano en la zona fronteriza, en rechazo a la construcción de un canal de trasvase en el río Masacre en el lado haitiano, han afectado gravemente los ingresos de quienes dependen del intercambio comercial con Haití.

Este sábado según constató Diario Libre en una visita a la provincia de Dajabón, se comprobó que la puerta fronteriza del lado haitiano permanece cerrada, y sus ciudadanos renuentes a cruzar a comprar al mercado.

Al ser consultado sobre la situación que persiste, el presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Dajabón, Quirino Escoto, expresó la creciente preocupación del sector comercial y financiero.

Mencionó que han elaborado un documento que refleja la reflexión conjunta sobre la crisis, con la intención de presentarlo al presidente de la república. Escoto confía en que el presidente tomará medidas para abordar la situación crítica que enfrentan.

«A diario recibo las quejas de comerciantes que preocupados me dicen y que es lo que vamos a hacer?, hay por ejemplo una mueblería que tenía ocho empleados y me dicen que ya tuvieron que cancelar cuatro», indicó el empresario Escoto.

Así mismo este medio conversó con el padre Roberto Guzmán, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en la referida ciudad, quien destacó la urgencia de levantar las restricciones gubernamentales para permitir la reapertura del mercado binacional.

Señaló que las medidas actuales han generado una emergencia comercial en Dajabón, afectando no solo los ingresos económicos, sino también la empleabilidad, las inversiones y el suministro de alimentos. 

Guzmán hizo un llamado al gobierno para considerar la seguridad económica de la comunidad en paralelo a las preocupaciones de seguridad nacional.

«Pero bueno, si el gobierno no levanta la restricciones que tiene de este lado, los haitianos no van a abrir la frontera es muy difícil porque quieren que pasen, osea que el mercado funcione pero no como funcionaba antes. Si no pasan a pie a comprar, eso no funciona así en el mercado», sostuvo el párroco.

En cuanto a las restricciones de entrada de haitianos y la limitación de vehículos, el padre Guzmán destacó la importancia de encontrar un equilibrio entre el control migratorio y la viabilidad económica de la región. 

Subrayó la pérdida significativa de ingresos, afectando no sólo al comercio sino también a sectores como el hotelero, que ha experimentado una drástica disminución en la ocupación.

Guzmán expresó su desconcierto por las restricciones a la importación de materiales de construcción desde Haití, considerando que este país es un socio comercial clave para la región.

Además, señaló la amenaza que representa la posibilidad de desviar el negocio binacional hacia otros puertos, poniendo en riesgo la fraterna relación entre dominicanos y haitianos que ha prosperado en la zona fronteriza.

El mercado en situación normal generaba un promedio de 250 millones de pesos semanalmente. 

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