SANTIAGO. Además de su destacada labor sacerdotal, el obispo emérito de Barahona, Fabio Mamerto Rivas, es reconocido por sus críticos pronunciamientos frente a las actuaciones de autoridades y reclamos de los problemas que afectan a la sociedad dominicana.
Durante su activa trayectoria religiosa, el hoy fenecido obispo, tomó notoriedad, ocupando primaras páginas en los diarios del país, con múltiples informaciones que ofrecía a la prensa nacional.
Rivas nació el 11 de mayo de 1932 en Botijas, paraje de la sección Cabirmota, municipio La Vega, provincia La vega, era miembro de la Congregación de Salesianos de Don Bosco.
El 17 de septiembre de 1949 ingresa al Aspirantado Salesiano de Jarabacoa con 17 años, siendo ordenado presbítero el 25 de marzo de 1965 en la Catedral Primada de América.
El 24 de abril de 1976, siendo director del Noviciado Salesiano en La Vega, fue nombrado primer obispo de la Diócesis de Barahona por el papa Pablo VI.
Recibió la consagración episcopal de manos del Cardenal Octavio Antonio Beras Rojas, el 28 de agosto de 1976, en la ciudad de Barahona y tomó posesión canónica de la nueva diócesis el mismo día.
A partir del año 2000 dirigía la Pastoral de Ecología y Medio Ambiente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y estaba retirado, cuya residencia estaba fijada en el Aspirantado Salesiano de Jarabacoa.
Monseñor Rivas Santos se caracterizó por ser una persona que luchó y amó profundamente a la Región Enriquillo, compuesto por las provincias Pedernales, Barahona, Bahoruco e Independencia, ámbito de acción de la Diócesis.
Fue un gran propulsor del desarrollo de la región, bajo cuyo liderazgo fue fundada la Fundación de Apoyo al Suroeste (Fundasur) y la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (UCATEBA), así como otros organismos del área social de la Diócesis de Barahona.
Monseñor Rivas Santos, considerado como un líder religioso “sin pelos en la lengua”, enfrentó el poder político de la región, entre ellos al exsenador reformista por la provincia Bahoruco, actual embajador en Tegucigalpa, Honduras, Luis José González Sánchez (Putico), entre otros.
Era considerado un hombre “mano dura y claro cuando hablaba”, cuyo estilo resultaron como una valiosa ayuda para la Diócesis de reciente creación y que contribuyeron indudablemente con el desarrollo regional, fundamentalmente de la provincia Barahona.
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