CARACAS, Venezuela (AP) — La marcha a favor del referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro culminó el jueves con enfrentamientos entre manifestantes y policías que usaron gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a un grupo que intentaba bloquear la principal autopista de Caracas.
Cientos de miles de personas se manifestaron a favor de la consulta popular que aunque enfrenta grandes obstáculos para realizarse este año cobró un nuevo impulso con la multitudinaria marcha convocada por la oposición, la mayor en los últimos años.
En un acto de sus seguidores, en tanto, Maduro aseguró que la marcha no superó las 35.000 personas y que se había derrotado «una intentona golpista».
Al grito de «Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer» los manifestantes con camisas blancas, gorras tricolor y portando banderas venezolanas y carteles que decían «Somos 30 millones de motivos para revocarlo» marcharon por las principales vías del este de la capital venezolana.
Manifestantes provenientes de diferentes estados como Amazonas, Monagas, Nueva Esparta, Aragua, Carabobo y Guárico se sumaron a la denominada «Toma de Caracas». Algunos dijeron que debieron abandonar sus vehículos y sortear a pie los improvisados puestos de control que instalaron las fuerzas de seguridad en las carreteras.
El consultor político Edgar Gutiérrez dijo a The Associated Press que la oposición alcanzó las expectativas que se había planteado de llevar a cabo una movilización masiva y pacífica.
Gutiérrez indicó que la demostración de fuerza deja al gobierno «más arrinconado y más agresivo».
«Nosotros pasamos una hora en una cola por una alcabala (puesto de control) que puso la guardia nacional en la carretera y tuvimos que esconder nuestras pancartas y gorras para que nos permitieran pasar», afirmó Isbeida Rodríguez, un ama de casa de 40 años. Añadió que a pesar de los obstáculos decidió viajar más de tres horas desde la localidad central de los Valles del Tuy «porque queremos salir de esto».
«Los jóvenes se nos están marchando del país. No hay comida, no hay medicinas y la inseguridad nos está arropando», dijo Rodríguez mientras caminaba hacia uno de los puntos de concentración en el este de Caracas.
La alianza opositora apuesta a realizar este año el referendo, pero el cronograma que planteó el Consejo Nacional Electoral ha generado dudas de que pueda darse antes del 10 de enero de 2017, cuando se completará más de la mitad del mandato de Maduro. La constitución establece que de realizarse luego de esa fecha el resto del período presidencial deberá ser completado por el vicepresidente.
Las denuncias de las autoridades sobre eventuales acciones violentas, así como los señalamientos de persecuciones y detenciones de opositores, los bloqueos en los accesos a algunas de las carreteras que comunican el interior con Caracas y las restricciones que enfrentaron algunos corresponsales extranjeros para ingresar al país alimentaron el clima de tensión que rodeó a la marcha.
El secretario ejecutivo de la alianza opositora Jesús Torrealba anunció que volverán a las calles el 7 de septiembre para marchar hacia las oficinas del Consejo Nacional Electoral en todo el país y exigir que se determinen las fechas para la recolección de 20% de firmas para el referendo. Asimismo, esperan realizar otras movilizaciones nacionales el 14 de septiembre.
En tanto, miles de empleados públicos y seguidores del gobierno, algunos vestidos con el uniforme beige de las milicias progubernamentales, expresaron su respaldo a Maduro portando carteles con consignas como «No al golpe de Estado», «Con Maduro me resteo (jugarse el todo)» y «Yo defiendo la revolución».
Sobre una tarima instalada en la céntrica avenida Bolívar cercana al palacio de gobierno Maduro pidió a sus seguidores mantenerse en pie de lucha.
«Hoy hemos derrotado una intentona golpista que pretendía llenar de violencia, de muerte a Venezuela y a Caracas», manifestó el mandatario. «Aún hay emboscadas que estamos tratando de disipar, estamos tras la búsqueda de varios criminales que pagaron para masacrar al pueblo».
Las movilizaciones eran custodiadas por centenares de policías y guardias nacionales con equipos antimotines.
La mayoría de los comercios de la capital amanecieron cerrados. El director de la Cámara de Comercio de Caracas, Víctor Maldonado, dijo a AP que muchas empresas decidieron dar permiso a sus trabajadores para marchar o ausentarse ante las eventuales dificultades para transportarse.
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