GINEBRA (AP) – Al tiempo que reconoce por primera vez la compra de votos en elecciones para las sedes de los Mundiales, la FIFA quiere reclamar las «decenas de millones de dólares» que percibió por sobornos y que fueron incautados por los fiscales federales de Estados Unidos.
El ente rector del futbol mundial remitió el martes un documento de 22 páginas a la oficina del fiscal de Estados Unidos en Nueva York para reclamar la devolución de gran parte de los 190 millones de dólares ya abonados por responsables del mundo del futbol y del marketing que se declararon culpables en un vasto caso de corrupción.
Es probable que las autoridades estadounidenses recauden decenas de millones de dólares más cuando se conozcan sus condenas, que podrían llegar además de decenas de responsables ahora acusados pero que han negado cargos por soborno o luchan contra procesos de extradición.
La FIFA dice ser víctima de la actuación de individuos corruptos, a pesar de las críticas extendidas de que el cobro de sobornos formaba parte de la cultura del ente durante las presidencias de Joao Havelange y Joseph Blatter, a quién el escándalo obligó a dimitir tras 17 años en el cargo.
«Los acusados condenados abusaron de las posiciones de confianza que tenían en la FIFA y en otras organizaciones internacionales de fútbol y provocaron serios y duraderos daños a la FIFA», dijo el presidente del ente, Gianni Infantino, en un comunicado el miércoles.
«El dinero que se embolsaron pertenecía al futbol mundial y tenía como objetivo el desarrollo y promoción del deporte. La FIFA, como el órgano rector del fútbol mundial, quiere recuperar el dinero y está decidida a hacerlo sin importar lo que tarde», agregó.
En documentos a los que tuvo acceso The Associated Press, la FIFA reclama:
– 28,2 millones de dólares por años de salarios, incluyendo primas, vuelos y dietas, a funcionarios a los que ahora califica de corruptos.
– 10 millones de dólares por el «robo» de dinero que los funcionarios del ente pagaron en calidad de sobornos a otros que entonces formaban parte del comité que eligió a Sudáfrica como sede del Mundial de 2010.
– El «considerable» coste legal desde que se conoció la existencia de dos investigaciones por corrupción, una en Estados Unidos y otra en Suiza, contra el ente el pasado mayo.
– Una indemnización por daños a su reputación, además de otros sobornos y comisiones extraoficiales en contratos de derechos de emisión para competiciones no gestionadas por el organismo, pero «que fueron posibles por el valor de la marca FIFA».
«La FIFA es conocida por los sobornos y la corrupción de los acusados, no por sus muchas buenas obras», apuntan los abogados del ente en la reclamación. «La FIFA tiene derecho a una indemnización por los daños a sus relaciones empresariales, a su reputación y sobre sus activos intangibles».
La demanda de la FIFA para recuperar parte del dinero abre una batalla con dos de sus confederaciones regionales – la CONMEBOL, la confederación sudamericana, y la CONCACAF, la de América del Norte. Fueron responsables de estos entes y competiciones de esas regiones los más implicados en corrupción.
Esta iniciativa muestra también un cambio de estrategia en la FIFA, tras meses en los que los altos cargos buscaban distanciarse de la crisis culpando del problema a las confederaciones locales, que están fuera de su control.
La mayor parte del dinero ya incautado – 151,7 millones de dólares – procedería del ejecutivo de marketing brasileño Jose Hawilla, cuyo grupo de agencias estaba seriamente involucrado en partidos de la CONCACAF y la CONMEBOL, que no tenían la supervisión directa de la FIFA.
En una reclamación inicial de 28,2 millones de dólares, la FIFA establece una cantidad por cada uno de los 20 responsables del continente americano implicados, que debería salir de los fondos incautados por las autoridades de Estados Unidos.
El ente pide además los más de 5,3 millones que gastó en Chuck Blazer, el mandatario estadounidense caído en desgracia y que se declaró culpable; añade 4,4 millones de dólares de su reclamación contra el expresidente Jack Warner, y 3,5 millones más por Ricardo Teixeira, un brasileño exyerno de Havelange.
En su escrito, la FIFA señala a Warner – que durante años lideró la federación de Trinidad y Tobago hasta su dimisión por un escándalo de sobornos en las elecciones en 2011 – como destinatario de un pago de un millón de dólares de Marruecos, aspirante a organizar el Mundial en 1998, y apunta que se aseguró de que un soborno de 10 millones procedente de Sudáfrica se pagase a través de una cuenta de la FIFA en 2008.
La FIFA reclama otros 2 millones de dólares más por pagos a Jeffrey Webb, un banquero de las islas Caimán arrestado en un hotel de lujo de Zúrich el pasado mayo y que ahora vive en su casa de Atlanta, en el estado estadounidense de Georgia, a la espera de conocer su sentencia el próximo junio.
«Esos dólares eran para construir campos de futbol, no mansiones y piscinas; para comprar equipaciones de futbol, no joyas y autos, y para financiar a la cantera y el desarrollo de entrenador4es, no para que ejecutivos del futbol y el marketing llevaran un estilo de vida lujoso», explicó Infantino.
No está claro cuánta influencia ha tenido Infantino, un ex abogado, en la petición de devolución del dinero ya que fue elegido hace solo tres semanas y contó con el sólido apoyo de los votantes americanos.
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