LAUSANA, Suiza (AP) — Cuando solo faltan cinco meses para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, se siguen acumulando los inconvenientes.
Desde el brote de zika hasta la contaminación del agua, desde las demoras en la construcción de las instalaciones hasta las dilaciones en la ampliación de los subterráneos, desde la lenta venta de entradas hasta la reducción de servicios, y desde la profunda crisis financiera brasileña hasta el proceso de juicio político contra la presidenta, la cuenta regresiva para las primeras olimpíadas sudamericanas enfrenta una larga lista de preocupaciones.
Los preparativos finales de Río y la situación de los esfuerzos antidopaje en Rusia y Kenia estarán al tope del temario cuando la junta ejecutiva del Comité Olímpico Internacional inicie el martes una reunión de tres días en Lausana.
Se anticipa que la junta debatirá también los progresos para identificar a los atletas refugiados que competirán bajo la bandera del COI en Río, además de la propuesta formación de una agencia independiente que se encargue de las pruebas de dopaje para todos los deportes, y los planes del Tribunal de Arbitraje Deportivo para imponer sanciones por dopaje.
El sábado faltarán exactamente cinco meses antes de la ceremonia inaugural del 5 de agosto en el Estadio Maracaná y los organizadores brasileños están lidiando con varias cuestiones. Carlos Nuzman, director del comité organizador, presentará el miércoles un informe a la junta del COI.
Río se prepara para los juegos en momentos en que Brasil atraviesa su peor recesión desde la década del 30, la presidenta Dilma Rousseff sobrelleva el proceso de juicio político, y la nación se ve convulsionada por un vasto escándalo de corrupción centrado en la gigantesca empresa petrolera estatal Petrobras.
Como si eso fuera poco, Brasil encara una ardua batalla contra el zika, el virus transmitido por un mosquito al que se asocia con anormalidades congénitas. Aunque todavía no se ha confirmado su vínculo con la microcefalia, el brote de zika ha causado preocupaciones entre deportistas y aficionados.
Los Centros para Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos, aconsejaron el viernes a las embarazadas no viajar a Brasil y que sus parejas usen condones después del viaje o se abstengan de relaciones sexuales durante el embarazo.
El COI ha insistido en que vigila la situación y que sigue las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud, que ha declarado el zika de emergencia mundial pero no ha emitido restricciones de viajes a Brasil.
«Confiamos plenamente en que los atletas y los espectadores disfrutarán de condiciones seguras en Río de Janeiro», dijo el presidente del COI Thomas Bach este mes.
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